martes, febrero 06, 2007

Día sin Carro en Bogotá

LA PESADILLA DEL DIA SIN CARRO

Hace tres años el día sin carro me molesto bastante, si no estoy mal fue el 5 de febrero de 2004, tenia clase a las 7:00 (hasta las 8:30) y no tenia ninguna intención de utilizar Transmilenio, axial que lo que hice fue salir a buscar una taxi luego de desistir de pedir uno por teléfono.

La tarea de conseguir un taxi fue imposible, y aunque salí a calle a las 6:30, a esa hora todos los taxis pasaban ocupados, sin embargo no perdí la esperanza de encontrar alguno vacío, y axial fue pasando el tiempo, hasta que a eso de las 7:10 decidí hacer algo que definitivamente no quería… utilizar Transmilenio.

Llegue a clase a las 8:00 y entre, pero no entendí nada y además dejaron tarea, semanas después termine retirando ese curso. De vuelta a mi casa también tuve que tomar aquel medio de transporte público.

Y bueno, tal vez hasta aquí suene un poco o tal vez muy “delicado”, pero la verdad es que no me gustan los sistemas de transporte publico y mucho menos los masivos como Transmilenio, es sucio, es incomodo, es lento… en fin es publico…

En 2005 y 2006 ya estaba resignado a usar Transmilenio durante ese día, por lo que el impacto que genero este día en mi fue mucho menor…

Y tal vez hasta aquí, quien lee esto piense que soy, no se tal vez axial “delicado” que no puedo usar un simple bus, cosa que es de todos los días para mucha gente y que poco misterio le pone a eso.

Pues tal vez si, pero mi molestia por el día sin carro va mas allá de mi molestia por Transmilenio, pues veo el hecho de tratar de obligar a todos a usar este tipo de transporte como algo “comunista” (si ir a lo profundo del significado de la palabra en la política y esas cosas poco relevantes para mi) pues para eso existe la libertad en las personas…

Siempre durante esos días, mientras regresaba a mi casa en un bus de este sistema pensaba en cual podría ser la solución al problema de movilizarse libremente durante este día y la verdad siempre pensé que una posible solución seria tener un taxi, pero quien va a tener un taxi solo para usar un día al año…

Este año hubo algo diferente en ese día, por fin era libre de salir a la hora que yo quisiera sin necesidad de tener que recurrir al transporte público. La verdad nunca imagine la solución perfecta, hasta que la tuve y la use…

Esa solución perfecta es una moto, poco aceptada socialmente, pero que brinda muchas emociones y sensaciones, claro conduciéndola con responsabilidad y precaución. Pero bueno, aclaremos algo, no es una moto cualquiera tipo AKT, aunque tampoco es una joya como una Ducati o una MV Augusta, es una Suzuki GSR600, excelente…


UN PASEO EN MOTO POR LA CIUDAD

Sabia el día sin carro era un día para aprovechar el “poco” tráfico y sacar la moto para disfrutarla.

El día comenzó con una visita al taller para arreglar un detalle de ergonomía en la posición de la palanca de cambios, fue un viaje corto, bastante rápido desde mi casa hasta la calle 134 con carrera 19. De vuelta mi casa por la autopista.

Todo estuvo bien, sin embargo el tráfico no era tan “poco” como debería, había una exagerada presencia de taxis en las calles…

Luego del almuerzo vino el viaje largo, hasta la universidad en la calle 19 con carrera 1, haciendo una parada en la Notaria 25 en la calle 93B abajo de la carrera 15. Tome la autopista hasta la calle 82, luego subí por esta misma hasta la carrera 15 y otra vez, el trafico no era poco, la calle estaba llena de buses y de taxis, era un caos, buses parando cada 5 metros y los demás esquivándolos. Al pasar la calle 85 el desorden era un poco menor, pero existía y toco manejarlo hasta llegar al parqueadero en la 94 con 15.

Después de hacer la vuelta tome la calle 100 hasta la carrera séptima y luego por esta hasta la 94 para tomar la avenida circunvalar y atravesar la ciudad, además esta es una excelente vía para disfrutar la moto, pues tiene muchas curvas y pendientes, tanto positivas como negativas.

Y aunque la experiencia es excelente, no es completa, pues la poca cultura de los taxistas no permite disfrutar la en su totalidad, hay que estar pendiente que no le vayan a echar el carro encima y siempre quieren hacer a un lado.

Así llegue a la universidad e hice las vueltas que tenia que hacer, para devolverme a mi casa por la misma vía… disfrutando de nuevo todas aquellas buenas sensaciones que produce esta maquina al manejarla con tranquilidad.

Inclusive me salve de recibir una multa por exceso de velocidad, pues el policía estaba ocupado hablando por su celular y no utilizando el radar… afortunadamente.

Llegue a la casa como a las 16, un poco cansado, pero feliz… aunque no lo suficientemente cansado como para desaprovechar el día…

A eso de las 17:30 volví a salir, a dar una vuelta, esta vez sin un rumbo fijo con el único objetivo de disfrutar aun más de la moto, sin presiones, sin afanes, sin destino…

Tome la autopista norte hasta la calle 82, allí cruce y subí por la 85 hasta la carrera 13, para pasar por una parte de la zona “rosa” y salir frente al centro comercial Atlantis plaza en la calle 80, y de allí hasta Unilago, donde tome de nuevo la autopista norte, esta vez hacia el norte hasta la calle 154, donde voltee a la derecha y subí hasta la carrera 19.

De allí hasta la 134 donde volví a tomar la autopista hasta la calle 147, donde pare en una bomba de gasolina para tomar algo. Luego volví a mi casa.

Total, fue una vuelta de casi 30 km que incluyo de todo, velocidades desde 10 km/h hasta 115 km/h (por el periodo de rodamiento de la moto).

Y en conclusión, es mas chévere cuando uno conduce en la ciudad que en la autopista, es mas chévere sentir la aceleración al salir de las curvas, el sonido del motor es algo adictivo, entre mas se escucha mas se quiere seguir escuchándolo. En la autopista llegando a 115km/h se me acabaron los 6 cambios y quería seguir subiendo, pero bueno, la vía no lo permite y la moto por ahora tampoco, pues no se puede pasar de 7000 rpm hasta que tenga más de 800 km de recorrido.


EL BALANCE DEL DIA

En general fue una experiencia interesante, por los factores involucrados en ella. Por un lado el clima estuvo excelente, por otro aunque el tráfico no era poco, era muchísimo menos que lo normal, lo cual permite un manejo mas relajado.

Y aunque siempre he estado en contra de el día sin carro y de estas medidas que afectan la libertad de la gente, esta experiencia me podría llevar a estar de acuerdo en parte con esta jornada, eso si quitando la mitad de los taxis, que por cierto sobran… y también la mitad del montón de chatarras andantes y contaminantes llamadas buses y busetas.

Dentro de un año estaré aquí otra vez a describir una nueva experiencia.

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